domingo, 26 de noviembre de 2017

Guapos de estos tiempos

Walter el loco

Catalina Gonza y Misael Villalba.

Le decían el tal “Walter el loco”, una figura complicada en el barrio y en las calles. Él pasaba, y todos se encerraban en sus casas, los perros empezaban a aullar y llorar. Todos: mujeres, hombres, viejas, viejos, chicos y chicas, el cielo se ponía nublado.
El peor día de la semana era el sábado, directamente nadie salía de su casa, porque Walter el loco comenzaba a tomar vino tinto y salía a la calle a gritar: - ¡ Yo tengo los huevos bien puestos! ¡Soy el macho del barrio!
No le tenía miedo a nada, su única debilidad era su mascota, un caniche toy al que llamaba Firulais, era como una rata con pelos de color amarillo. En el invierno le ponía su chalequito de polar calentito para el frío.
Hasta que un día Firulais salió a jugar con Walter el loco como todos los días y justo llegó una tormenta arrasadora y el loco se descuidó un instante. Cuando se dio cuenta a Firulais lo había degollado una chapa del techo y ese fue el fin de Firulaisy al mismo tiempo el fin del famoso Walter el loco.




Vergüenza Ricotera

Franco Agüero.

Hoy de nuevo otro concierto, otra vez se manda solo el Martín… mejor conocido como el Guapo de la misa ricotera. Es increíble como él disfruta ese concierto, no es como los demás, que bailan… él no. A él le gusta buscar pelea, un par de cervezas le dan coraje, si se pierde aparece, si le pegan responde. Él hace pogo solo, empuja a mujeres, hombres, chicos, no ve la diferencia.
Nunca iba a pensar que este sería su último concierto…De primera, quiso pasar sin entrada, como siempre, un par de empujones e insultos y pasaría sin problemas. Tenía costumbre robar para emborracharse, esta vez, para su sorpresa, encontró una billetera ¡La pucha que estaba tomando de más!... Se aprovechó de su suerte.
Desde lejos empezó a mirar una rubia que estaba con un musculoso, y de un tema a otro se acercó y le tomó de la mano, después de eso recibió una mano abierta que lo tumbó. Emocionado se levantó con toda fe de que iba a ganar, respondió con una izquierda-derecha que tumbó al musculoso. ¡Ah!...el ego por las nubes. Y para colmo se venía el famoso tema JI JIJI, así que, empezó a buscarse rival ¡Qué manjar! Vio a una pareja de jóvenes, ahí se fue. El famoso tema sonaba de fondo. Martín empujó al chico y le dijo: “¡Tu novia hoy se viene conmigo!” El pibe asustado abrazó a su chica y le dijo: “Dejanos en paz.” Sin piedad este abusivo se le tiró encima y en ese momento sintió un piñón, cayó desplomado justo en ese momento, cuando se hace el pogo más grande del mundo…Miles de pies lo aplastaron sin dejarlo levantarse. Murió asfixiado lentamente… Se podría decir que murió en su ley, nunca se olvidará cómo lo noqueó la novia de aquel chico.




Versiones paródicas de Caperucita 2017




Caperucita Roja

Nahuel Leiva, Andrés Aramayo, Sebastián Romero y Agustín Vázquez

Estoy caminando por este maldito bosque, como todos los días, y sigo sin encontrar algo bueno para comer, ya estoy débil y cansado de comer insectos. Mi vista se torna borrosa, me cuesta caminar, creo que hasta aquí he llegado. Empiezo a escuchar una voz a lo lejos... ¿Será real? Voy a fijarme, ¡Qué será!, quizás solo  mi imaginación, la voz cada vez se vuelve más clara, puedo ver una figura roja moverse, creo que también me notó, se está acercando a mí... Creo que por fin podré comer algo bueno. Es de tamaño pequeño, no será difícil saltar a su cuello y sentir ese dulce sabor a sangre nuevamente.
Es momento de comer, por fin, una pequeña niña, estoy a punto de saltar cuando de pronto me habla...
Caperucita: ¿Quién eres?
(No me esperaba esto, le seguiré la corriente)
G.Wolf: Me llamo Grey Wolf, y solo estoy aquí por una razón
Caperucita: Hola Grey Wolf, soy Caperucita, ¿Y cuál es esa razón?
G.Wolf: El hambre, no como hace mucho tiempo.
(A Caperucita le da pena y le surge una idea)
Caperucita: ¿Vamos a lo de mi abuela a comer?
(El lobo se emociona al pensar que va a poder comer dos personas el mismo día)
G.Wolf: ¡Vamos! ¡Qué gran propuesta! ¿Estamos lejos? No sé si llegaré.
Caperucita: Estamos muy cerca, seguime.
(Caminan por un rato y llegan a una casa en el bosque)
G.Wolf: ¡Qué linda casa! ¡Por fin llegamos!
Caperucita: Entremos, mi abuela está adentro.
G.Wolf: ¡Qué agradable lugar! Ya quiero conocer a tu abuela.
(G.Wolf apenas podía mantenerse lúcido)
Caperucita: Parece que no está, habrá salido a caminar, ¿te sentís bien?, estás temblando.
G. Wolf: El hambre me está matando, ¿Qué vamos a comer?
(Caperucita mira a su alrededor y nota que no hay nada, solo unas manzanas sobre la mesa)
Caperucita: Hay manzanas, son de nuestro árbol, amo la naturaleza y los animales.
G.Wolf: No me gustan las frutas, prefiero la carne.
Caperucita: No hay nada de carne... solamente yo.
G.Wolf: ¿Harías eso por un pobre lobo hambriento?
Caperucita: Debes vivir, todos los animales deben vivir.
G.Wolf: Fue un placer conocerte.
(G.Wolf salta sobre Caperucita para devorarla).




Érase una linda tarde

Brandon Corimayo   y Nicolás Vilca
    
Érase una linda tarde de verano, estaba en mi casa contentísima por el regalo que me había obsequiado mi querida abuela, una hermosa caperucita roja. Desde ese entonces me empezaron a llamar Caperucita Roja.
Al día siguiente me desperté por el grito de mi madre diciendo “arriba Caperucita Roja”. Bajé rápidamente y me dio unas mantequillas y unas tortas que estaba cocinando para mi abuela que se encontraba enferma.Salí de mi casa y tomé por el bosque, el único camino para llegar hasta el otro pueblo donde vivía mi abuela.
En el camino del bosque encontré a unos leñadores y a un lobo, con raro aspecto, no supe deducir qué querían, hasta que finamente el lobo se acercó y me preguntó “¿A dónde vas?”. Yo, inocentemente, respondí “más allá del molino”. El lobo contento me contestó “¡Qué bueno!¡Qué llevas?” .“Unas tortas y unos tarros de mantequilla para mi abuela”, respondí. “¡Qué bueno, yo también quiero ir!”, dijo el lobo, y agregó, “Mira… tú vas por este lado y yo por el otro y veremos quién llega primero”
Mi cabeza quedó en blanco y sin pensar le dije que estaba de acuerdo.
Después de veinte minutos llegué a la casa de mi abuela, toqué su puerta y por dentro escuché una rara voz diciendo “¿Quién es?’’ y me asusté, pero recordé que mi abuela estaba resfriada y normalmente le respondí: “soy su nieta, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi mare le envía”.
Escuché de nuevo la ronca voz diciéndome “tira de la aldaba y el cerrojo caerá”
Tiré de la aldaba y la puerta se abrió, me encontré con el lobo del bosque, grité fuertemente porque mi abuela no estaba  y mi mente volvió a quedar en blanco…

Caperucita roja se desmayó y el lobo se la comió en un santiamén sin pensarlo. 






Caperucita Roja (versión argenta)

Gonzalo Montenegro Branco y Daniel Migueles

Había una vez una niña llamada Melody, apodada Caperucita roja porque tenía una Caperucita. Un día fue a llevarle frutas a su abuela.La mamá le dijo que tomara un GPS para no perderse en el bosque, pero Caperucita agarró otro camino y de paso fue por una manaos al  almacén.Como estaba perdida vio a un lobo y le dijo:
_ ¿Dónde queda la casa de mi abuela?
El lobo pensó:
_Está pendeja no sabe nada,me voy a comer a sus familiares
Y entonces dijo:
 _Es por ese camino.
Y mientras Caperucita fue por donde le había indicado, el lobo se fue en un remís y llegó antes a la casa de la abuela. Esta al verlo exclamó:
 _ ¡Uhh, la puta madre! ¿Qué hace este perro acá?
El lobo le dijo que era un lobo y luego agregó:

_Esta abuelita no ve nada ¡Te comeré todo viejita!
Y el lobo se la comió.
Al rato llegó a la casa un guardabosque y vio al lobo con la remera de la abuela y no notó nada extraño y se fue a hacer un Paty.







CAPERUCITA ROJA Y EL FERNET DE PORQUERÌA

Esteban Roen y Fernando Castillo

Había una vez una niña llamada Melody a la que apodaban Caperucita Roja porque tenía una caperucita.  Caperucita Roja se enteró que la abuela estaba con antojo de tomar un “FERNET” y ella fue tan amable de ir a  prepararle uno para que se le pasara.
Antes de que Caperucita saliera de su casa la mamá le dijo que se guiara con el GPS para que no se perdiera en el bosque.
Caperucita comenzó su destino, pero antes de ir para lo de la abuela fue al SUPER CAPERUSIT EXPRES  para comprar una coca cola y un “FERNET”. Terminó su compra y salió del super, ella tan contenta de ir a la casa de su abuela, sacó su celu para guiarse con el GPS y comenzó a caminar.
Mientras caminaba iba tarareando una canción y también la cantaba.
“LALALALALA LALALALALA LALALALA LA LALALA… SOY CORDOBÈS ME GUSTA EL FERNET EL VINO Y LA JODA Y LO TOMO SIN SODA PORQUE ASI PEGA MAS PEGA MAS PEGA MAS PEGA MAS…”
Mientras ella cantaba, en los arbustos del bosque por donde  estaba caminando se encontraba durmiendo un lobo, que al escucharla con sus enormes orejas llamó su atención. El lobo la siguió  por todo el camino esperando el momento para el ATAQUE MORTAL ALFA 66.
Caperucita iba tan alegre y despreocupada que en un momento su GPS se quedó sin baterías y fue ahí cuando la ALEGRÌA se transformó  MIEDO, y la niña no supo para dónde ir. El lobo como vio que Caperucita estaba desorientada aprovechó el momento Y… ¡Apareció en frente de ella!
Caperucita toda tímida  pregunto: “¿Quién es usted señor?” Y el lobo contesto: “¡SOY EL CEÑOR LOVO, TE ESTUVE SIGUIENDO TODO EL CAMINO ESPERANDO EL MOMENTO QUE ALGO TE PASARA Y EME AQUÍ, MIS ESPECTATIVAS NUNCA ME FALLAN!...”
Caperucita no sabía qué hacer y no tuvo otra posibilidad que preguntarle con miedo: “¿SEÑOR LOBO QUÈ  ES LO QUE QUIERE DE MI?”  Y el  lobo respondió con voz de malo y riéndose: “¡¡¡ LA VERDAD  ESTABA PENSANDO EN MATARTE…¡¡¡JAJAJAJAJA!!!… PERO COMO AL OLER TANTO TU SABROSA CARNE SENTÌ UN MANJAR DEL OLIMPO QUE ES ÙNICO E INCOMPARABLE, QUE ES EL “FERNET” QUE ESTÀ EN TU CANASTA…Y NADA,  TE DARÈ UNA OPORTUNIDAD DE VIVIR!!!”
CAPERUCITA SIN ENTENDER NADA PREGUNTÒ: “¿SI NO ME QUIERE COMER, QUÈ  ES LO QUE QUIERE?”
EL lobo respondió: “¡¡¡QUIERO QUE ME HAGAS UN RICO FERNET !!!”
Caperucita respondió: “¡¡¡NOOO…. NO TE VOY A PREPARAR NADA, ES QUE ES PARA MI ABUELITA QUE ESTÀ CON ANTOJO  !!!”
EL lobo respondió enojado y muy molesto: “¡¡PREPARÀMELO  O TE MATO A MODISCASOS!!!”
Caperucita asustada dijo: “¡Bueno, bueno, bueno. Ahí se lo preparo!”
Ella empezó a preparar el “FERNET” con coca, y después de seis minutos lo terminó y se lo dio al lobo, y este chocho comenzó a tomar… pero enseguida  puso cara de asco y escupió todo el “FERNET” y le agarro un tremendo dolor de panza, y empezó a vomitar durante una hora. Después de recuperarse se enojó mucho, mucho, con Caperucita y le dijo muy molesto: “¡¡¡TE DOY UNA OPORTUNIDAD, ALGO QUE NADIE TIENE, Y ES ASÌ  COMO ME LO AGRADESÈS PENDEJA HIJA DE PU@&%%&& AHORA TE VOY A MATAR!!!”
El lobo se  terminó comiendo a Caperucita por prepararle una porquería de  “FERNET”. Cuando terminó de comérsela ¡QUE FUE MAS RICO COMERSELA QUE TOMAR EL FERNET! Se acordó de la abuela y fue a la casa, al llegar se puso la capa de Caperucita Roja y entró a la casa. La abuela escuchó a alguien y pensando que se trataba de  Caperucita y preguntó: “¿CAPERUCITA ME TRAJISTE EL FERNETTT ? ”.  El lobo respondió con una voz medio como nenita machona: “¡SÌ ABUELA!”. La abuela como estaba medio sorda se conformó con lo que escucho. El lobo se copó y empezó a hacerle un “FERNET” y cuando lo termino se lo dio a la viejita y esta lo tomo con gusto. EL lobo al ver que le había gustado le dijo: “¡BUENO BUENO, YA ES  MUCHO CARIÑO POR HOY!”  y se la comió.
El lobo terminó de devorarse a la abuela y por comer carne vieja y seca tenía ganas de tomar algo  y fue al comedor a prepararse un “FERNET”. Al rato llegó el cazador  y lo sorprendió, el lobo un poco asustado porque este tenía un hacha le dijo: “¡TE VEO UN POCO CANSADO ¿NO TENÈS GANAS DE TOMAR UN RICO “FERNET”?” . Y EL CASADOR RESPORNDIO: “¡¡¡¡SÌIIIII!!!”
Y ES ASI COMO EL LOBO Y EL CAZADOR ESTUVIERON TOMANDO UN “FERNET” MUY RICO. AL RATO… EN LA JARRA YA NO HABÌA  MAS BEBIDA Y EL CAZADOR SE ENOJÒ, AGARRÒ EL HACHA Y MATÒ AL LOBO.
“Y COLORÌN COLORADO ESTE CUENTO SE HA TERMINADO”

FIN






CAPERUCITA  ROJA
Iván Cruz

Había una vez una niña llamada Marlene pero todos la conocían como “Caperucita roja” ya que siempre llevaba una capa roja que le había regalado su abuela.
Un día su mamá la mandó a casa de su abuela a dejar unos víveres, ya que la pobre estaba vieja y le costaba mucho caminar  y, como vivía en medio de un bosque, no podía salir de ahí fácilmente.
Caperucita empezó el viaje hacia la casa de su abuela. Todo iba normal y tranquilo hasta que se cruzó con un lobo que se encontraba reposando bajo un árbol que le dijo:
_ ¡Caperucita! ¿A dónde vas? y ¿qué llevas en esa cesta?
Caperucita con miedo respondió:
_Hola, voy a casa de mi abuela a entregarle  unos víveres ya que a ella le cuesta caminar.
El lobo con una voz intimidante preguntó:
_ ¿Y dónde vive tu abuelita?
_ Cruzando el río, medio kilómetro más por este sendero. Respondió Caperucita.
_ Bueno, Caperucita, me tengo que ir. Dijo el lobo adelantándose por el camino donde quedaba la casa de su abuela.
Iba con intenciones de comerse a la pobre anciana, ya que tenía un hambre increíble y ella se encontraba en un estado deplorable.
  Caperucita asustada volvió a su casa corriendo y le contó a su mamá lo que le había pasado y también le dijo que tenía miedo de que el lobo hubiera ido a la casa de la abuela a hacerle algo.
  En ese mismo momento su mamá llamó a un leñador para que las acompañara hasta la casa de la abuela por si el lobo  estaba allí.
  Cuando llegaron a la casa encontraron la entrada abierta y al lobo rasguñando la puerta de un armario desde donde se escuchaban los gritos desesperados de la abuela diciendo:
“Ayuda, ayuda…”
 Rápidamente el leñador tomó su hacha y antes de que pudiera reaccionar el lobo le mordió el brazo dejando caer la herramienta y luego lo atacó.
  La madre de caperucita quedó paralizada de miedo,  agarró el hacha y la incrustó en la cabeza al animal quien murió instantáneamente.

  En ese momento la abuelita salió del armario y caperucita corrió a abrazarla llorando.



La abuela sanguinaria

Kevin Rolón, Nicolás García

Era una tarde de verano, yo estaba tomando sol en la pileta, cuando mi mamá  me llamo preguntándome si podía ir a la casa de mi abuela a llevarle la máquina para cortar el pasto.
Le dije que sí, y partí a preparar el auto. Todavía no sabía manejar con mi corta edad, me ponía nerviosa cuando la gente pasaba.
Cuando estaba en camino, se me pincho una rueda en la esquina de la casa de mi abuela y cuando bajé a ver se me acerco un lobo preguntándome si necesitaba ayuda, le dije que se fuera, que no necesitaba nada.
Él insistía, entonces saqué mi gas pimienta y lo rocié.
Por mis gritos, se despertó mi abuela y vino corriendo como pudo y con ella trajo un palo con el que comenzamos a pegar al lobo, este quería escapar y no podía por la fuerza de mi abuela, hasta que terminó mordiéndola y salió corriendo. Con la rueda aún pinchada, nos subimos al auto, yo quería llevarla a al hospital, pero ella quería vengarse y pisar al animal…Y lo pisamos hasta matarlo.
Luego la llevé al hospital y curaron sus heridas.



CAPERUCITA ROJA

JAVIER HERNÁN GONZÁLEZ
Voy a contarles mi historia, me encanta vivir en el bosque, respirando aire puro. La naturaleza me encanta, desde que era un cachorro mi mamá me inculcó la importancia de cuidar los animales. Pero siempre me advirtió que los humanos eran malos, nunca me decía la razón pero no me dejaba tener contacto con ellos.
Era tarde de otoño, un día muy soleado y caluroso, todos sabían que se aproximaba una tormenta, así que la gente que habitaba a mis alrededores se encerraba en sus casas y tapeaban las ventanas. Un momento después sentí unos pasitos, de alguien muy pequeño; me asomé por la ventana y vi a una niñita con una capa rojita que tapaba toda su cabeza y consigo llevaba su canasta para recoger las deliciosas manzanas.
De repente me dio curiosidad cogí mi abrigo y la perseguí hasta su casa, pero ese día sólo quería darme cuenta en donde vivía, así que llegué hasta cierto punto y la deje de seguir.
Al día siguiente fui a la casa de caperucita y cuando llegué me abrió la puerta una simpática y tierna viejecita, que me vio con el abrigo roto y me prestó su vestido y su gorrito. Yo con toda la pinta de la viejecita, esperé a que llegase Caperucita, unos minutos después entra la niña y yo andaba acostado en la cama. Ella entra y frunciendo su ceño dice: ¿Abuelita? ¿Por qué tienes las orejas tan grandes? Le respondo: Hija mía, es para oírte mejor. Luego se queja de mis ojos saltones... y de mi cara fea y alargada, me sentía muy mal e insultado. Hasta que preguntó por mis dientes, de repente salté de la cama y le gruñí y la niña ni se mosqueo… yo me marché llorando, desde ese día les tengo terror a las personas, debí hacerle caso a mi madre.


 FIN.



lunes, 31 de julio de 2017

Locomotora Rojas

    Ser amigo de un guapo no es una maldición, ni tampoco un privilegio, y ver caer a un guapo no es cosa de todos los días.
    En el barrio hay varios guapos pero al que todos respetan y temen es a Locomotora Rojas. Yo conocí todo de Locomotora: sus derrotas, sus debilidades y sus miedos.
    Locomotora le temía al fuego, tenía el cuello quemado, pero si un guapo no sabía ocultar sus miedos no era correspondiente de ese título. Era un pibe callado, pero una caldera, de ahí su apodo, nadie entendía de dónde sacaba la fuerza.
    Con Locomotora cumplí muchos sueños como el de ser temido. Cuando pasábamos por el kiosco de Don Jorge nos pagaba una cuota de protección, esto era todas las semanas: nos daba una coca de un litro y cuarto, la cual disfrutamos durante meses.
    Lo trágico de Locomotora es que se metió con alguien que creyó que conocía. A pesar de que compartimos muchas cosas junto al guapo del barrio, fui yo el que lo derrotó, aprovechando mis conocimientos.
    …y se preguntarán ¿cómo hice para vencer a un guapo? No, no lo maté, pero le di un buen susto usando sus debilidades. No, tampoco lo prendí fuego, solo lo amenacé con fuego.
    El guapo Locomotora Rojas ya no molesta más ¡salvo hacer las compras con su abuela de noventa años!
    Y si se preguntan ¿Quedó un guapo en el barrio? No, fueron desapareciendo por gente como yo que quiere la paz.

Juan Verni 6° año (2015)    
   

El narigón Nasutti

    El narigón Nasutti era un guapo de la calle Avellaneda, era un tipo mediano de mal carácter con una nariz prominente. No era el más malo ni el más fuerte, pero en la calle Avellaneda mandaba él, y lo único que había que hacer para que se enojara era nombrarle su nariz o a la hermana, esto liberaba su ira.
    Lo que distinguía a este guapo de tantos, era que tenía una obsesión por pelearse con alguien y darle un golpe en los testículos para demostrar que ganaba. Era algo común ver cuando estaba en alguna riña con algún desafortunado…
    En el barrio corre el rumor de que una vez su hermana fue con un amigo algo cariñoso, al enterarse de esto reaccionó de su forma habitual, con su ira; golpeó brutalmente al pibe que se desmayó después de su golpe de gracia. También corren rumores que en su casa su madre con un grito lo controla. En fin… sea cual fuere el rumor, es guapo y hay que temerle.

Diego Encina 6° año (2015)


El espejo africano

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