Nahuel Leiva, Andrés Aramayo,
Sebastián Romero y Agustín Vázquez
Estoy
caminando por este maldito bosque, como todos los días, y sigo sin encontrar
algo bueno para comer, ya estoy débil y cansado de comer insectos. Mi vista se
torna borrosa, me cuesta caminar, creo que hasta aquí he llegado. Empiezo a
escuchar una voz a lo lejos... ¿Será real? Voy a fijarme, ¡Qué será!, quizás
solo mi imaginación, la voz cada vez se
vuelve más clara, puedo ver una figura roja moverse, creo que también me notó,
se está acercando a mí... Creo que por fin podré comer algo bueno. Es de tamaño
pequeño, no será difícil saltar a su cuello y sentir ese dulce sabor a sangre
nuevamente.
Es
momento de comer, por fin, una pequeña niña, estoy a punto de saltar cuando de
pronto me habla...
Caperucita:
¿Quién eres?
(No
me esperaba esto, le seguiré la corriente)
G.Wolf:
Me llamo Grey Wolf, y solo estoy aquí por una razón
Caperucita:
Hola Grey Wolf, soy Caperucita, ¿Y cuál es esa razón?
G.Wolf:
El hambre, no como hace mucho tiempo.
(A
Caperucita le da pena y le surge una idea)
Caperucita:
¿Vamos a lo de mi abuela a comer?
(El
lobo se emociona al pensar que va a poder comer dos personas el mismo día)
G.Wolf:
¡Vamos! ¡Qué gran propuesta! ¿Estamos lejos? No sé si llegaré.
Caperucita:
Estamos muy cerca, seguime.
(Caminan
por un rato y llegan a una casa en el bosque)
G.Wolf:
¡Qué linda casa! ¡Por fin llegamos!
Caperucita:
Entremos, mi abuela está adentro.
G.Wolf:
¡Qué agradable lugar! Ya quiero conocer a tu abuela.
(G.Wolf
apenas podía mantenerse lúcido)
Caperucita:
Parece que no está, habrá salido a caminar, ¿te sentís bien?, estás temblando.
G.
Wolf: El hambre me está matando, ¿Qué vamos a comer?
(Caperucita
mira a su alrededor y nota que no hay nada, solo unas manzanas sobre la mesa)
Caperucita:
Hay manzanas, son de nuestro árbol, amo la naturaleza y los animales.
G.Wolf:
No me gustan las frutas, prefiero la carne.
Caperucita:
No hay nada de carne... solamente yo.
G.Wolf:
¿Harías eso por un pobre lobo hambriento?
Caperucita:
Debes vivir, todos los animales deben vivir.
G.Wolf:
Fue un placer conocerte.
(G.Wolf
salta sobre Caperucita para devorarla).
Érase
una linda tarde
Brandon Corimayo y Nicolás Vilca
Érase una linda tarde de verano, estaba en mi casa contentísima por el
regalo que me había obsequiado mi querida abuela, una hermosa caperucita roja.
Desde ese entonces me empezaron a llamar Caperucita Roja.
Al día siguiente me desperté por el grito
de mi madre diciendo “arriba Caperucita Roja”. Bajé rápidamente y me dio unas
mantequillas y unas tortas que estaba cocinando para mi abuela que se
encontraba enferma.Salí de mi casa y tomé por el bosque, el único camino para
llegar hasta el otro pueblo donde vivía mi abuela.
En el camino del bosque encontré a unos
leñadores y a un lobo, con raro aspecto, no supe deducir qué querían, hasta que
finamente el lobo se acercó y me preguntó “¿A dónde vas?”. Yo, inocentemente,
respondí “más allá del molino”. El lobo contento me contestó “¡Qué bueno!¡Qué
llevas?” .“Unas tortas y unos tarros de mantequilla para mi abuela”, respondí.
“¡Qué bueno, yo también quiero ir!”, dijo el lobo, y agregó, “Mira… tú vas por
este lado y yo por el otro y veremos quién llega primero”
Mi cabeza quedó en blanco y sin pensar
le dije que estaba de acuerdo.
Después de veinte
minutos llegué a la casa de mi abuela, toqué su puerta y por dentro escuché una
rara voz diciendo “¿Quién es?’’ y me asusté, pero recordé que mi abuela estaba
resfriada y normalmente le respondí: “soy su nieta, le traigo una torta y un
tarrito de mantequilla que mi mare le envía”.
Escuché de nuevo la ronca voz diciéndome
“tira de la aldaba y el cerrojo caerá”
Tiré de la aldaba y la puerta se abrió,
me encontré con el lobo del bosque, grité fuertemente porque mi abuela no
estaba y mi mente volvió a quedar en
blanco…
Caperucita roja se desmayó y el lobo se
la comió en un santiamén sin pensarlo.
Caperucita
Roja (versión argenta)
Gonzalo Montenegro
Branco y Daniel Migueles
Había una vez una niña llamada Melody, apodada
Caperucita roja porque tenía una Caperucita. Un día fue a llevarle frutas a su
abuela.La mamá le dijo que tomara un GPS para no perderse en el bosque, pero
Caperucita agarró otro camino y de paso fue por una manaos al almacén.Como estaba perdida vio a un lobo y le
dijo:
_ ¿Dónde queda la casa de mi abuela?
El lobo pensó:
_Está pendeja no sabe nada,me voy a comer a sus
familiares
Y entonces dijo:
_Es por
ese camino.
Y mientras Caperucita fue por donde le había
indicado, el lobo se fue en un remís y llegó antes a la casa de la abuela. Esta
al verlo exclamó:
_ ¡Uhh,
la puta madre! ¿Qué hace este perro acá?
El lobo le dijo que era un lobo y luego agregó:
_Esta abuelita no ve nada ¡Te comeré todo
viejita!
Y el lobo se la comió.
Al rato llegó a la casa un guardabosque y vio al
lobo con la remera de la abuela y no notó nada extraño y se fue a hacer un
Paty.
CAPERUCITA ROJA Y EL FERNET DE
PORQUERÌA
Esteban
Roen y Fernando Castillo
Había
una vez una niña llamada Melody a la que apodaban Caperucita Roja porque tenía
una caperucita. Caperucita Roja se enteró
que la abuela estaba con antojo de tomar un “FERNET” y ella fue tan amable de
ir a prepararle uno para que se le
pasara.
Antes
de que Caperucita saliera de su casa la mamá le dijo que se guiara con el GPS
para que no se perdiera en el bosque.
Caperucita
comenzó su destino, pero antes de ir para lo de la abuela fue al SUPER
CAPERUSIT EXPRES para comprar una coca
cola y un “FERNET”. Terminó su compra y salió del super, ella tan contenta de
ir a la casa de su abuela, sacó su celu para guiarse con el GPS y comenzó a
caminar.
Mientras
caminaba iba tarareando una canción y también la cantaba.
“LALALALALA LALALALALA LALALALA LA LALALA…
SOY CORDOBÈS ME GUSTA EL FERNET EL VINO Y LA JODA Y LO TOMO SIN SODA PORQUE ASI
PEGA MAS PEGA MAS PEGA MAS PEGA MAS…”
Mientras
ella cantaba, en los arbustos del bosque por donde estaba caminando se encontraba durmiendo un
lobo, que al escucharla con sus enormes orejas llamó su atención. El lobo la
siguió por todo el camino esperando el
momento para el ATAQUE MORTAL ALFA 66.
Caperucita
iba tan alegre y despreocupada que en un momento su GPS se quedó sin baterías y
fue ahí cuando la ALEGRÌA se transformó MIEDO, y la niña no supo para dónde ir. El lobo
como vio que Caperucita estaba desorientada aprovechó el momento Y… ¡Apareció
en frente de ella!
Caperucita
toda tímida pregunto: “¿Quién es usted
señor?” Y el lobo contesto: “¡SOY EL CEÑOR LOVO, TE ESTUVE SIGUIENDO TODO EL
CAMINO ESPERANDO EL MOMENTO QUE ALGO TE PASARA Y EME AQUÍ, MIS ESPECTATIVAS
NUNCA ME FALLAN!...”
Caperucita
no sabía qué hacer y no tuvo otra posibilidad que preguntarle con miedo: “¿SEÑOR
LOBO QUÈ ES LO QUE QUIERE DE MI?” Y el lobo
respondió con voz de malo y riéndose: “¡¡¡ LA VERDAD ESTABA PENSANDO EN MATARTE…¡¡¡JAJAJAJAJA!!!…
PERO COMO AL OLER TANTO TU SABROSA CARNE SENTÌ UN MANJAR DEL OLIMPO QUE ES ÙNICO
E INCOMPARABLE, QUE ES EL “FERNET” QUE ESTÀ EN TU CANASTA…Y NADA, TE DARÈ UNA OPORTUNIDAD DE VIVIR!!!”
CAPERUCITA
SIN ENTENDER NADA PREGUNTÒ: “¿SI NO ME QUIERE COMER, QUÈ ES LO QUE QUIERE?”
EL
lobo respondió: “¡¡¡QUIERO QUE ME HAGAS UN RICO FERNET !!!”
Caperucita
respondió: “¡¡¡NOOO…. NO TE VOY A PREPARAR NADA, ES QUE ES PARA MI ABUELITA QUE
ESTÀ CON ANTOJO !!!”
EL
lobo respondió enojado y muy molesto: “¡¡PREPARÀMELO O TE MATO A MODISCASOS!!!”
Caperucita
asustada dijo: “¡Bueno, bueno, bueno. Ahí se lo preparo!”
Ella
empezó a preparar el “FERNET” con coca, y después de seis minutos lo terminó y
se lo dio al lobo, y este chocho comenzó a tomar… pero enseguida puso cara de asco y escupió todo el “FERNET” y
le agarro un tremendo dolor de panza, y empezó a vomitar durante una hora.
Después de recuperarse se enojó mucho, mucho, con Caperucita y le dijo muy
molesto: “¡¡¡TE DOY UNA OPORTUNIDAD, ALGO QUE NADIE TIENE, Y ES ASÌ COMO ME LO AGRADESÈS PENDEJA HIJA DE
PU@&%%&& AHORA TE VOY A MATAR!!!”
El
lobo se terminó comiendo a Caperucita
por prepararle una porquería de
“FERNET”. Cuando terminó de comérsela ¡QUE FUE MAS RICO COMERSELA QUE
TOMAR EL FERNET! Se acordó de la abuela y fue a la casa, al llegar se puso la
capa de Caperucita Roja y entró a la casa. La abuela escuchó a alguien y pensando
que se trataba de Caperucita y preguntó:
“¿CAPERUCITA ME TRAJISTE EL FERNETTT ? ”. El lobo respondió con una voz medio como
nenita machona: “¡SÌ ABUELA!”. La abuela como estaba medio sorda se conformó
con lo que escucho. El lobo se copó y empezó a hacerle un “FERNET” y cuando lo
termino se lo dio a la viejita y esta lo tomo con gusto. EL lobo al ver que le
había gustado le dijo: “¡BUENO BUENO, YA ES MUCHO CARIÑO POR HOY!” y se la comió.
El
lobo terminó de devorarse a la abuela y por comer carne vieja y seca tenía
ganas de tomar algo y fue al comedor a
prepararse un “FERNET”. Al rato llegó el cazador y lo sorprendió, el lobo un poco asustado
porque este tenía un hacha le dijo: “¡TE VEO UN POCO CANSADO ¿NO TENÈS GANAS DE
TOMAR UN RICO “FERNET”?” . Y EL CASADOR RESPORNDIO: “¡¡¡¡SÌIIIII!!!”
Y
ES ASI COMO EL LOBO Y EL CAZADOR ESTUVIERON TOMANDO UN “FERNET” MUY RICO. AL
RATO… EN LA JARRA YA NO HABÌA MAS BEBIDA
Y EL CAZADOR SE ENOJÒ, AGARRÒ EL HACHA Y MATÒ AL LOBO.
“Y COLORÌN COLORADO ESTE CUENTO SE HA
TERMINADO”
FIN
CAPERUCITA ROJA
Iván Cruz
Había una vez
una niña llamada Marlene pero todos la conocían como “Caperucita roja” ya que
siempre llevaba una capa roja que le había regalado su abuela.
Un día su mamá
la mandó a casa de su abuela a dejar unos víveres, ya que la pobre estaba vieja
y le costaba mucho caminar y, como vivía
en medio de un bosque, no podía salir de ahí fácilmente.
Caperucita
empezó el viaje hacia la casa de su abuela. Todo iba normal y tranquilo hasta
que se cruzó con un lobo que se encontraba reposando bajo un árbol que le dijo:
_ ¡Caperucita!
¿A dónde vas? y ¿qué llevas en esa cesta?
Caperucita con miedo respondió:
_Hola, voy a
casa de mi abuela a entregarle unos
víveres ya que a ella le cuesta caminar.
El lobo con una voz intimidante
preguntó:
_ ¿Y
dónde vive tu abuelita?
_ Cruzando
el río, medio kilómetro más por este sendero. Respondió Caperucita.
_ Bueno,
Caperucita, me tengo que ir. Dijo el lobo adelantándose por el camino donde
quedaba la casa de su abuela.
Iba con
intenciones de comerse a la pobre anciana, ya que tenía un hambre increíble y
ella se encontraba en un estado deplorable.
Caperucita asustada volvió a su casa
corriendo y le contó a su mamá lo que le había pasado y también le dijo que
tenía miedo de que el lobo hubiera ido a la casa de la abuela a hacerle algo.
En ese mismo momento su mamá llamó a un leñador
para que las acompañara hasta la casa de la abuela por si el lobo estaba allí.
Cuando llegaron a la casa encontraron la
entrada abierta y al lobo rasguñando la puerta de un armario desde donde se
escuchaban los gritos desesperados de la abuela diciendo:
“Ayuda,
ayuda…”
Rápidamente el leñador tomó su hacha y antes
de que pudiera reaccionar el lobo le mordió el brazo dejando caer la herramienta
y luego lo atacó.
La madre de caperucita quedó paralizada de
miedo, agarró el hacha y
la incrustó en la cabeza al animal quien murió instantáneamente.
En ese momento la abuelita salió del armario
y caperucita corrió a abrazarla llorando.
La abuela sanguinaria
Kevin
Rolón, Nicolás García
Era una tarde de verano, yo estaba tomando sol en la pileta,
cuando mi mamá me llamo preguntándome si
podía ir a la casa de mi abuela a llevarle la máquina para cortar el pasto.
Le
dije que sí, y partí a preparar el auto. Todavía no sabía manejar con mi corta
edad, me ponía nerviosa cuando la gente pasaba.
Cuando
estaba en camino, se me pincho una rueda en la esquina de la casa de mi abuela
y cuando bajé a ver se me acerco un lobo preguntándome si necesitaba ayuda, le
dije que se fuera, que no necesitaba nada.
Él
insistía, entonces saqué mi gas pimienta y lo rocié.
Por
mis gritos, se despertó mi abuela y vino corriendo como pudo y con ella trajo
un palo con el que comenzamos a pegar al lobo, este quería escapar y no podía
por la fuerza de mi abuela, hasta que terminó mordiéndola y salió corriendo. Con
la rueda aún pinchada, nos subimos al auto, yo quería llevarla a al hospital,
pero ella quería vengarse y pisar al animal…Y lo pisamos hasta matarlo.
Luego
la llevé al hospital y curaron sus heridas.
CAPERUCITA
ROJA
JAVIER HERNÁN GONZÁLEZ
Voy a contarles mi historia, me encanta
vivir en el bosque, respirando aire puro. La naturaleza me encanta, desde que
era un cachorro mi mamá me inculcó la importancia de cuidar los animales. Pero
siempre me advirtió que los humanos eran malos, nunca me decía la razón pero no
me dejaba tener contacto con ellos.
Era tarde de otoño, un día muy soleado y
caluroso, todos sabían que se aproximaba una tormenta, así que la gente que
habitaba a mis alrededores se encerraba en sus casas y tapeaban las ventanas.
Un momento después sentí unos pasitos, de alguien muy pequeño; me asomé por la
ventana y vi a una niñita con una capa rojita que tapaba toda su cabeza y
consigo llevaba su canasta para recoger las deliciosas manzanas.
De repente me dio curiosidad cogí mi abrigo
y la perseguí hasta su casa, pero ese día sólo quería darme cuenta en donde
vivía, así que llegué hasta cierto punto y la deje de seguir.
Al día siguiente fui a la casa de
caperucita y cuando llegué me abrió la puerta una simpática y tierna viejecita,
que me vio con el abrigo roto y me prestó su vestido y su gorrito. Yo con toda
la pinta de la viejecita, esperé a que llegase
Caperucita, unos minutos después entra la niña y yo andaba acostado en la cama.
Ella entra y frunciendo su ceño dice: ¿Abuelita? ¿Por qué tienes las orejas tan
grandes? Le respondo: Hija mía, es para oírte mejor. Luego se queja de mis ojos
saltones... y de mi cara fea y alargada, me sentía muy mal e insultado. Hasta
que preguntó por mis dientes, de repente salté de la cama y le gruñí y la niña ni
se mosqueo… yo me marché llorando, desde ese día les tengo terror a las personas,
debí hacerle caso a mi madre.
FIN.